Herrería Ricardo Rodríguez
Prestigio desde 1972
Intendente Grant 689, Morón, T.E.: 4627-2984
 
Capilla de FACE, Castelar

Golpe de Estado de 1955

Carlos Gustavo Maldonado

 

 

Introduccion

Hacia 1955 el gobierno peronista estaba desgastado y enfrentaba la oposición de parte de la sociedad. Estas resistencias desembocaron en las rebeliones militares de junio y septiembre de dicho año, que dieron fin al régimen peronista. Estos desarrollos se cumplieron también en Morón, donde cayó la administración de Pérez Quintana, sucesora del intendente Albistur Villegas.

 

Intendencias de Albistur Villegas y Eugenio Perez Quintana

Después del golpe de Estado de 1943, que terminó con la restauración conservadora, tomaron el gobierno comunal una serie de comisionados, nombrados por la intervención provincial. La formación del peronismo local, en la que tuvo significativa parte una rama del radicalismo, condujo a la intendencia de César Albistur Villegas. Este joven político, de origen radical, boattista, gobernó el Partido de Morón de 1947 a 1955. A mediados de ese año, desistió de la reelección, que le habían propuesto, y prefirió una banca de senador provincia. Quedó en la continuación de su gestión Eugenio Pérez Quintana, su hombre de confianza, y secretario de gobierno de aquél. Sólo retuvo el cargo por 4 meses, hasta el golpe del 16 de septiembre.

 

Albistur Villegas

Senador César Albistur Villegas

 


Intendente Eugenio Pérez Quintana

 

Intendente Albistur Villegas y Monseñor Presas

Intendente Albistur Villegas y Monseñor Presas

 

En Morón, Eugenio Pérez Quintana dispuso como uno de sus últimos actos la creación de una comisión vecinal de pavimentos, cuya primera reunión ocurrió el 19 de septiembre. [1]

 

Golpe de Estado

El conflicto político tuvo un primer estallido en junio, a propósito del enfrentamiento del gobierno con la Iglesia. La oposición y sectores sociales antiperonistas se alinearon con la Iglesia, durante los incidentes de Corpus Christi, del 11 de junio.

Recuerdó Albistur Villegas, que dispuso guardias en las iglesias de Morón, para protegerlas, y advirtió a los sindicatos locales que no hiciesen nada.

El intendente avisó a los diputados y senadores justicialistas que “iban a perder” si atacaban a la Iglesia.

En cierto momento los sacerdotes locales fueron detenidos por orden del gobernador Aloé. Albistur Villegas los visitó en el Colegio San José, donde se hallaban, y les ofreció su ayuda.

Más tarde, envió ayuda económica a la Curia capitalina, para la reparación de los daños sufridos. Después del golpe de Estado, el padre Presas visitó a Albistur Villegas en la comisaría donde estaba detenido. Expresó después en la misa del 25 de septiembre su reconocimiento por la conducta de las autoridades depuestas.

La primera rebelión militar ocurrió el 17 de junio y fracasó. La segunda comenzó el 16 de septiembre, y logró el derrocamiento de Perón.

En Morón, las dificultades económicas de 1955 se manifestaron el día 6, en la asamblea extraordinaria del Centro de almaceneros de Morón. Después de analizar la difícil situación del gremio, resolvió solicitar a las autoridades la liberación de los precios máximos y la derogación de las leyes represivas. Reclamaba además un margen de precios justo, hasta la llegada de la libertad de comercio.

El gobierno del general Lonardi intervino la provincia de Buenos Aires. El día 21 se hizo cargo de la intendencia de Morón el capitán de corbeta (R) Lorenzo Buasso. Estuvieron presentes en el acto el ex intendente Emilio Quintana, concejales, funcionarios y público. El capitán Buasso nombró después secretario general al Dr. Eduardo Vega Espeche.

Buasso dispuso por decreto del 27 de septiembre que en el término de 24 horas fuesen retirados de las dependencias de la municipalidad y de los lugares públicos

“todo emblema, escudo, símbolo, etc., representativo del Partido Peronista. ” y “todo retrato, dibujo, cuadro, estatua, busto, etc., representativo del ex presidente Juan Domingo Perón y de cualquier otro funcionario o político perteneciente al gobierno depuesto por la revolución del 16 del actual o al Partido Peronista.”

Un decreto de la intervención provincial dispuso lo mismo para las municipalidades y la policía.

El Concejo Deliberante fue disuelto por decreto del 5 de octubre y se dispuso que su personal administrativo prestase servicios en dependencias municipales.

Comisionado Sansobrino

El nuevo comisionado, Asensio Sansobrino, asumió el día 9, con Américo Bianchini como secretario general. Sansobrino expresó en esa oportunidad que los empleados que cumpliesen sus tareas con dedicación y honestidad podían sentirse seguros, no así los que usaron la función pública como medio de enriquecimiento. Estuvo presente en el acto de asunción el ex diputado y dirigente radical José Murias.

 


José Murias (h)

 

Los antiperonistas destruyeron obras de la administración depuesta, como el Hogar de Ancianos, el teatro rodante o los garitos de las esquinas. El Ateneo Justicialista fue ocupado por oficinas estatales.

Los peronistas se consideraron en adelante excluidos y perseguidos.

Albistur Villegas dio una proclama el 6 de octubre, en la que hizo la defensa de su gestión y asumió sus responsabilidades. Dejaba la función pública sin fortuna.

Tiempo después se exilió en Chile, donde subsistió con ayuda enviada por amigos desde Argentina. [2]

 

Comision asesora

Fue creada para colaborar con el comisionado municipal, durante la intervención. Compuesta por representantes de entidades de bien público, gremios, empresarios, etc, era en cierto modo un sucedáneo del Concejo Deliberante, disuelto después del golpe.

Los presidentes de las Sociedades de fomento fueron convocados en la sede del HCD, para el día 15 de octubre. En la reunión estuvieron presentes el comisionado Sansobrino, el secretario Bianchini, y el subsecretario de Obras públicas Firenze. Los dirigentes eligieron un representante y un suplente en la Comisión vecinal asesora. Según el periódico de Hurlingham “El Progreso”, hubo ausencias en dicha reunión:

“cabe destacar la ausencia de algunos dirigentes de las instituciones que desarrollan actividades de fomento dentro del perímetro de Hurlingham y sus alrededores.”

Hubo una reunión similar al día siguiente, con representantes de los gremios. Designaron dos representantes titulares, y dos suplentes. Entre los últimos figuraba Carlos N. Vega, del sindicato de municipales. [3]

 

Hospital de Moron, “Ostancia B. de Lavignolle”

El comisionado Sansobrino intervino por decreto la Asistencia pública de Morón, invocando los "deficientes servicios que venía prestando". Designó al Dr. Mario Stolbizer, en reemplazo del Sr. Esteban Mazzini.

Intervención al hospital de Morón, “Ostancia B. de Lavignolle”, por decreto de noviembre 11 de 1955. Declaró en comisión a todo el personal. Designó como director interventor al Dr. Delfor Díaz, médico de Hurlingham.


Dr. Delfor Díaz

Dr. Delfor Díaz

 

El comisionado dispuso por decreto de diciembre 1 de 1955, la cesantía de 11 medicos rentados y 6 no rentados, de la planta existente al momento del golpe, a causa de problemas internos del personal.

La intervención había dispuesto la reincorporación a la planta del hospital de los medicos alejados del mismo durante el gobierno peronista, "por presiones del régimen depuesto". Por otro lado, mantuvo en principio a los médicos actuantes durante el gobierno peronista, que presuntamente ocupaban el lugar de los separados. Se había propuesto como solución la reincorporación de los separados, con la permanencia de los actuantes a la fecha, con un cambio en la ubicación de sus servicios. Si bien esto fue aceptado por ambas partes, surgieron más tade denuncias de varios médicos, por nota del día 29 de noviembre, contra los médicos actuantes durante el régimen peronista. Los acusaban de hacer imposible el trabajo armónico del personal, "utilizando expedientes solapados y de descrédito hacia los otros colegas reingresantes, restando además de manera disimulada la colaboración necesaria".

En consecuencia, el comisionado resolvió separar a los médicos del período peronista. Cesaban también los practicantes rentados y no rentados. Quedaba a cargo del director dar la nómina definitiva del personal, dentro de los 10 días.

El comisionado decretó la normalización del hospital municipal, en diciembre 19 de 1955. Dio la nómina de medicos y practicantes, conforme a la indicación del Dr. Díaz., quien fue confirmado como director del hospital. Como vicedirector el Dr. Hilel Corach. De los médicos del hospital, hay que mencionar a Idélico Gelpi, Rodolfo Montes, Adolfo Speratti, Gerónimo Fassola, Angel Bó, Mario Stolbizer y Juan María Perisse. Varios de ellos tuvieron militancia en la UCR. De los cesanteados, fueron reincorporados los médicos Toribio Meneses, Raúl Lami y Mario Rivas. [4]

 

Comision investigadora

La intervención provincial dispuso la constitución de comisiones investigadoras en los Partidos, con el fin de indagar las presuntas irregularidades imputadas a funcionarios del gobierno peronista. Los miembros de la comisión en Morón provenían de partidos políticos opuestos al peronismo: Jorge López Harburu (radical), Eduardo Nari (socialista) y Ovidio Longhi (conservador).

La comisión dictó la intervención al “Ateneo Justicialista de Morón,” junto con la inhibición de bienes de César Albistur Villegas y Eugenio Pérez Quintana, a cuyos nombres estaba la propiedad. Invocó las denuncias de uso de personal y recursos municipales, para construir el local del partido oficialista. Se los acusaba además de obligar a los empleados públicos a contribuir con dinero de su sueldo, para el Ateneo.

El juez del crimen de Mercedes, Francisco Falabella, a cargo de las investigaciones, dispuso la prisión de tres ex funcionarios peronistas: los citados Albistur Villegas, Pérez Quintana, Horacio Albini (ex subsecretario de Hacienda) y Figueira (ex director de abastecimiento).

Los cargos contra ellos consistían en malversación de caudales públicos, defraudación, y exacciones ilegales.

César Albistur Villegas fue acusado de usar personal y recursos municipales, para la construcción de su vivienda particular en Villa Udaondo. Lo mismo, para la edificación de un departamento en Castelar. Lo mismo para la construcción del Ateneo Justicialista de Morón. La acusación de exacciones ilegales consistía en presionar al personal a ceder parte del sueldo en beneficio del Ateneo.

Eugenio Pérez Quintana tuvo los mismos cargos que Albistur Villegas, con relación al Ateneo.

Horacio Albini fue acusado de varias modalidades de corrupción, lo mismo que Alberto Figueira.

Los imputados quedaron detenidos, a disposición del Juez Falabella. [5]

 

Cambio de nomenclatura municipal

La intervención municipal se dedicó al cambio de nombres de calles del Partido. Reemplazó los nombres de personalidades y fechas del peronismo, por otros no peronistas.

En la localidad de Morón, por decreto-ordenanza se cambiaron los nombres a las calles Presidente Perón, General Perón y Eva Perón, por los de República Oriental del Uruguay, Crucero La Argentina y Córdoba, respectivamente. Lo propio siguió en las otras localidades. [6]

 

Reorganizacion de actividades culturales

El comisionado dispuso, siguiendo directivas del gobierno provincial, que las actividades culturales dependiesen en adelante de una Comisión de Cultura, integrada por prestigiosos vecinos del Partido. En este aspecto, como en otras actividades, la intervención buscaba desmontar el régimen peronista depuesto. Entendían, según lo asentó un medio local, que la actividad cultural del peronismo tenía carácter compulsivo, y

“dirigida a imprimirla en el afiche, como propaganda de una dictadura.”

En una reunión del gabinete municipal de noviembre 28, se trató la posibilidad de vender el teatro rodante, herencia del gobierno depuesto. [7]

 

Testimonio de cesar Albistur Villegas

 


César Albistur Villegas

 

Sobre los sucesos de junio de 1955, Albistur Villegas recordó años más tarde que había hecho una contribución pecuniaria, para la reconstrucción de la Curia del Arzobispado de Buenos Aires. Entregó su aporte al cura párroco Juan Presas. Este le envió una nota de agradecimiento por su gesto, fechada en agosto 26 de ese año.

Sobre los hechos de septiembre en adelante, su versión fue la siguiente:

  1. El día viernes 16 de septiembre, Albistur Villegas, Pérez Quintana y otros peronistas, resolvieron no dejar el palacio municipal. Permancieron allí durante el fin de semana.
  2. El día lunes, apareció frente al municipio un grupo encabezado por el capitan de fragata [sic] Lorenzo Buasso y el doctor Vega Espeche, junto con radicales boattistas. Estaban protegidos por fuerzas de gendarmería. Estos comunicaron su intención de hacerse cargo de la municipalidad. Ante la demostración de fuerza, los peronistas resolvieron ceder.
    Albistur Villegas y Pérez Quintana discutieron con la delegación de Buasso las condiciones de entrega de la municipalidad.
  3. Ingresó después un grupo de radicales antiboattistas, que se habían concentrado en la residencia del Dr. Angel Bó. Increparon a los peronistas. Luis Finocchietto los amenazó con su revólver, y huyeron. Según Albistur Villegas, querían obtener ventajas ante la conformación del futuro gobierno.
  4. El comisionado Buasso, en el gobierno comunal, reconoció la "conducta intachable" del gobierno peronista.
  5. El comisionado Sansobrino, y los siguientes, adoptaron una actitud más dura hacia el peronismo local.
  6. Arturo Jauretche lo visitó, junto a Albini. Le ofreció la presidencia del partido justicialista, puesto que su titular, el Dr. Leloir, estaba preso. Albistur Villegas la rechazó, por no haber sido elegido para el cargo.
  7. Hubo una persecución judicial, a cargo del juez de Mercedes, Dr. Falabella. Tomó como apoyo un hecho menor -regalos de flores a Eva Perón- para dictar varias órdenes de detención contra el ex intendente peronista.
  8. Después de la séptima detención, y ante el aviso de otra inminente, Albistur Villegas decidió irse del país. Malvendió sus bienes y se fue a Chile, donde no conocía a nadie.

Crítica: si bien reconoció la imputación de malversación de caudales públicos, la atribuyó a un hechos menor, y omitió referencias a su propiedad de Villa Udaondo, y al Ateneo Justicialista. [ 8 ]

 

Conclusion

  1. Ni buenos ni malos. Como resultado del golpe de Estado, los sectores opuestos al peronismo tomaron el gobierno local, como en el resto del país. Reflejaba la polarización de la política argentina. Cada parte tenía sus razones.
  2. Democracia o dictadura. Los sectores que apoyaron el golpe definían al régimen depuesto como “dictadura.” Lo consideraban una forma de populismo, autoritario y alejado de los valores liberales. Buscaron en consecuencia desmontar el régimen depuesto, para restablecer a mediano plazo una forma de gobierno republicana y democrática, acorde a la tradición liberal. El sector depuesto, por el contrario, veía al gobierno provisional vigente desde septiembre de 1955 como una especie de dictadura.
  3. El golpe de Estado contribuyó a crear las condiciones para la inestabilidad política de la década del 60. Esto fue motivado porque los peronistas tendieron a ver como ilegítimos a los gobiernos posteriores a esta situación. Por otra parte, el otro sector de la sociedad no estaba dispuesto a aceptar el retorno del régimen depuesto.
  4. De todos modos, y con los años, parte de los sectores enfrentados tendieron a acercarse. Esto se manifestó en los debates del HCD sobre la “Revolución libertadora,” así como en el regreso a Morón de figuras del peronismo como César Albistur Villegas.

 

documentos

 

Irregularidad

Comunicado de la Comisión investigadora de Morón

Morón, noviembre 12 de 1955

“Esta Comisión que investiga los hechos delictuosos cometidos en la Comuna de Morón, por los funcionarios de la Administración depuesta, ha efectuado numerosas investigaciones y tomado las consiguientes declaraciones a muchos ciudadanos, elevando una copia de sus actuaciones al señor Juez de Crimen de Mercedes Dr. Francisco José Falabella, quien, abocado al estudio de las mismas, resolvió constituir, el día 10 del mes en curso, su Juzgado en Morón, tomando declaración a los afectados, quienes en todos los casos habrían confirmado sus manifestaciones anteriores y en algunos, además, habrían ampliado aquellas.

De resultas de esta acción, el juez doctor Falabella decretó la prisión y en carácter de incomunicados de los inculpados César Albistur Villegas, Eugenio Pérez Quintana, Horacio Albini y Alberto Figueira; éstos serán procesados por defraudación, malversación de caudales públicos y exacciones ilegales.

El detenido César Albistur Villegas, ex Intendente Municipal, es el más afectado por la investigación, por cuanto tendrá que responder, hasta el momento, a los siguientes cargos:

a) Empleo indebido de toda clase de personal de la Comuna para erigir el edificio de su propiedad, ubicado en Villa Udaondo, calle de La Huella y de Los Payadores, ya que desde la excavación de los cimientos, mampostería, plomería, carpintería, pintores, etcétera, todo fue realizado por personal de la Comuna, que hasta trabajando "horas extras"fue pagado por la misma. En igual forma mantuvo en su propio beneficio, hasta el día de la Revolución Libertadora para el cuidado de la finca y para la atención del jardín, etcétera, a personal Municipal que, desde luego, era pagado con los dineros del pueblo. Cabe resaltar que ocupaba a un obrero Municipal que no cumplía otras tareas, con carácter exclusivo, para cuidar sus numerosos perros de raza;

b) Utilización indebida diariamente, de elementos de la Comuna (camioneta) con su correspondiente conductor, para el transporte de provisiones, etcétera, para su uso particular;

c) Apropiación de toda clase de materiales de construcción (arena, polvo de ladrillo, cal, portland, maderas, etc.) para la construcción de su casa de Villa Udaondo;

d) Mantenimiento de varios equinos de su propiedad durante años; a expensas del Presupuesto, en el Corralón de la Municipalidad y con atención de personal pagado por la misma;

e) Utilización de personal Municipal para construir un departamento en los fondos de una finca que él comprara en Castelar, como así también el empleo de materiales de la Comuna en esa misma obra;

f) Utilización de todos los automotores con sus correspondientes conductores para transportar obreros y materiales para la construcción del departamento del inc. C).

g) Responsabilidad por la ocupación indebida de numerosos obreros de la Municipalidad (albañiles, carpinteros, plomeros, etc.) pagados por la misma, para construir el "Ateneo Justicialista" de Morón;

h) Utilización en perjuicio de la Comuna de materiales de construcción de la misma para edificar el mencionado ateneo;

i) Empleo de automotores en general en obras ajenas al interés del Municipio;

J) Responsabilidad por las exacciones hechas a los empleados de la Comuna en cantidades importantes, con presunto destino al Ateneo Justicialista. Los apoderados municipales debían contribuir con una suma mensual que equivalía al 25 % de sus sueldos y, en otros casos, la contribución consistía en el excedente de $ 2.500. En cuanto a los Cobradores de impuestos se hallaban en situación parecida debiendo realizar importantísimos aportes. Corresponde consignar que este personal tenía una asignación de exprofeso muy abultada, habiendo percibido cada uno de ellos en el mes de marzo de 1955 la cantidad de $ 26.964.- moneda nacional por su sueldo del mes.

 

La Comisión continúa estudiando numerosas denuncias más, que inmediatamente que sean concretadas serán elevadas al señor Juez y dadas a publicidad.

El señor Eugenio Pérez Quintana, ex Secretario e Intendente Municipal deberá responder, entre otros, a los siguientes cargos:


a) Responsabilidad por la utilización indebida de obreros municipales en el "Ateneo Justicialista";

b) Responsabilidad por el apropiamiento de materiales de construcción del Municipio para erigir el edificio del Ateneo Justicialista, y por utilizar automotores con idéntico fin;

c) Utilización de crédito de un tercero en el Banco Hipotecario Nacional para construir un chalet en Miramar con fines de lucro;

d) Responsabilidad por las exacciones hechas a los empleados municipales para el "Ateneo Justicialista".

El señor Horacio Albini, ex Subsecretario de Hacienda, y que ha registrado abundantes operaciones financieras que se investigan, es propietario de tres casas de gran valor, habiendo hecho figurar una de ellas a nombre de un pariente, quien ha declarado ante la Comisión que la propiedad que figura a su nombre es de pertenencia del señor Horacio Albini.

Este Subsecretario de Hacienda está acusado de extender órdenes de pago que se hicieron efectivas con cheques que luego cobraba en su beneficio, como uno de pesos 35.000.- que hizo figurar a la orden de un señor Nicasio Rodríguez y que cobró luego para sí. Utilizó personal y material de la Comuna para hacer pintar las columnas de alumbrado del Municipio y después hizo figurar que el trabajo fue efectuado por un contratista particular, cobrando en su beneficio el importe que figuraba presupuestado ($ 50.- por columna).

Pesan sobre él la comisión de muchas maniobras, como la percepción de haberes de empleados inexistentes, asalto y violencia a ciudadanos opositores, etc.

En cuanto al señor Alberto Figueiras (ex Director de Abastecimiento) gravitan numerosos cargos por utilización de personal comunal y vehículos en su beneficio; por haberse llevado para su criadero el alambrado que circundaba el ex Matadero Municipal y además utilizaba para sí los sueldos de algunos familiares suyos que figuraban como empleados sin serlo en realidad.

Utilizaba métodos coercitivos entre los feriantes para obtener dádivas y exigía contribuciones a los comerciantes con distintos motivos invocando siempre a los personajes locales.

Culminando su tarea del día 10 del actual, el señor Juez doctor Falabella con sus auxiliares Secretarios Ortiz y Lastra y la Comisión Investigadora efectuó una inspección en la fastuosa residencia del señor César Albistur Villegas, comprobando de paso las realizaciones denunciadas, de las que se tomaron fotografías para agregarlas al sumario.

La Comisión Investigadora en breve adelantará un nuevo informe.”

Eduardo N. Nari   Ovidio Longhi
      Jorge López Harburu

 

El Progreso - Hurlingham, noviembre 26 de 1955

 

carta del Padre Juan Presas al senador Albistur Villegas

Carta del Presbítero Juan Presas
(click para agrandar)

 

Asumio el cargo el comisionado de Moron

“En una sencilla ceremonia, que se caracterizó por el entusiasmo de la concurrencia que llenaba el salón de actos del Palacio Municipal y sus adyacencias, asumió sus funciones el nuevo comisionado, señor Asensio Sansobrino.

Luego de corearse la canción patria, se leyó el acta respectiva y a continuación el interventor interino, capitán de corbeta Lorenzo M. Buasso, tuvo palabras elogiosas para el nuevo funcionario y puso al mismo en posesión de su cargo.

Al agradecer el Sr. Sansobrino y referirse a los propósitos que lo han inspirado, expresó "que los empleados municipales que cumplan sus tareas con dedicación y honestidad estarán seguros en sus puestos, no así los que utilizaron la función pública como medio ilegítimo de enriquecimiento."

Coincidió también con estos conceptos el nuevo secretario general, don Américo Bianchini, y finalmente, a pedido de los presentes, habló el ex diputado y dirigente radical señor José Murias.”

El Progreso - Hurlingham, octubre 15 de 1955

 

 

Soporta Moron muy crecidos impuestos

“El más serio y complejo problema que deberán afrontar las nuevas autoridades de este municipio es, sin duda, el del abultado presupuesto municipal, que, de dos millones en 1943, ha llegado en 1955 a pesos 27.734.603,24. De esta cifra, ya de suyo extraordinaria, más del 80 por ciento corresponde a sueldos y jornales y una mínima cantidad a obras públicas, cuya partida totaliza apenas $ 786.900. En casi todas las oficinas hay exceso de personal, habiéndose denunciado que un costoso equipo mecánico que se adquiriera con el fin de acelerar la preparación de recibos de impuestos, ha sido arrumbado y la tarea pasó a ejecutarse a mano, con un buen número de empleados. Existen además, dependencias y cargos que no son indispensables, entre otros una oficina de ceremonial y un frondoso cuerpo de inspectores de todo género. Es obvio que tan descomunal burocracia fue una norma impuesta por exigencias proselitistas de las unidades básicas, lo que provocaba el aumento progresivo en cada ejercicio de los altos impuestos y la creación de nuevas gabelas que agobian la economía del vecindario. Corresponderá a los actuales gobernantes de la Municipalidad el estudio y la solución del serio problema.”

La Nación - octubre 24 de 1955

 

Interviniose al "Ateneo Justicialista" de Moron

Atenta esta Comisión Investigadora a las constancias obrantes en las actuaciones cumplidas con respecto a irregularidades en la marcha de la Administración Comunal y comprobado que en la construcción del "Ateneo Justicialista" sito en la calle Belgrano nº 346 de esta ciudad de Morón, se utilizó personal municipal que practicamente realizó la casi totalidad de la construcción ocupándose en el período junio 1955 a septiembre 15 del mismo quince hombres y un capataz, los que percibían sus sueldos y horas extras exclusivamente de las arcas municipales; comprobada la utilización de toda clase de materiales de construcción de la Comuna, comenzando por ladrillos provenientes del Horno Municipal, arena, portland, polvo de ladrillo, cal, carpintería, etc., utilizando camiones y otros medios de transporte del Corralón y con personal de servicio del mismo; atento a las declaraciones de los afectados y profesionales percibían sus haberes en base a porcentajes siempre muy superiores a los sueldos de la generalidad de los empleados, estaban obligados a contribuir con sumas muy importantes al Ateneo Justicialista, evidenciándose así que ese distingo remunerativo implicaba encubrir un importante aporte a esa entidad política, de todo lo cual surge claramente que se han distraído los dineros del pueblo en forma incorrecta, dejándose de lado la realización de obras urgentes de interés general, esta Comisión Investigadora en uso de las facultades conferidas por el Decreto del señor Comisionado Municipal nº 51 de fecha 18 de octubre de 1955 y teniendo en cuenta las atribuciones del Decreto nº 432 de la Intervención Nacional de la Provincia de Buenos Aires.

RESUELVE:

Artículo 1º - Dispónese la intervención del "Ateneo Justicialista", sito en la calle Belgrano 346, Morón.

Artículo 2º - Desígnase interventor al señor Otto Franchi, L. E. 1.923.438, quien tendrá las más amplias facultades para el desempeño de su función.

Artículo 3º - Proceder por donde corresponda a la inhibición de bienes de los señores César Albistur Villegas y Eugenio Pérez Quintana, personas a cuyo nombre aparece la propiedad de referencia.

Art. 4º - Dése a publicidad y procédase de acuerdo.

Eduardo N. Nari   Ovidio Longhi   Jorge López Harburu

El Progreso - Hurlingham, noviembre 12 de 1955

 

Comision investigadora de Moron

“Se pone en conocimiento de la población que desde el día 19 de octubre, funciona en el Honorable Concejo Deliberante la comisión investigadora dispuesta por la intervención nacional en la Provincia de Buenos Aires.

Todas las denuncias sobre irregularidades en la función pública y administración de todas las dependencias pertenecientes a la Municipalidad deberán ser dirigidas a esta Junta que funciona todos los días de 8 a 13 horas.

La Comisión Investigadora que está integrada por las siguientes personas: Sres. Ovidio Longhi, Eduardo N. Nari y Jorge López Harburu, atenderá todas las denuncias comprendidas dentro del ejido del Partido de Morón.”

El Progreso - Hurlingham, noviembre 12 de 1955

 

 

Comunicado de prensa de la comisión investigadora de Morón

La situacion del procesado Cesar Albistur Villegas

“Se encuentra detenido a la fecha en la Seccional Primera de Morón, a disposición del Juez Dr. Falabella, que entiende en la causa iniciada por Malversación de Caudales Públicos, Defraudación y Exacciones ilegales. Los cargos que oportunamente se dieran a conocimiento, han sido ratificados en las actuaciones sumariadas, motivo por el cual fue dejada sin efecto su libertad bajo fianza, entendiéndose su actual situación como inexcarcelable.

Sus bienes han quedado interdictos, y se han reunido antecedentes que prueban que en la construcción de sus propiedades, la utilización del personal pagado por la comuna significó a ésta, que es decir al pueblo, la suma aproximada de doscientos mil pesos. Además, debe agregarse el uso de vehículos y de materiales de construcción de todo tipo. Esta facilidad de edificación le permitió erigir su fastuoso chalet en Villa Udaondo con una superficie cubierta de 510 metros y una torre de 2,80 mts de diámetro, ejecutado a todo lujo, con una pileta de natación de 20 x 6 metros. Su amoblamiento y decoración, no desentonan con el cuadro esbozado. La Comisión Investigadora adoptó todas las medidas tendientes a restituir al erario público las exacciones consumadas, quedando en manos de la Justicia la tarea de aplicar el condigno castigo por los atropellos y desmanes cometidos.”

El Progreso - Hurlingham, enero 28 de 1956

 

El golpe del 55

“Había surgido el fantasma en junio de un nuevo desplante militar, cuando se vieron las primeras llamaradas de la que fuera después la horrenda hoguera. y en septiembre, desde Córdoba estalló el desastre.

Aunque figuraban varias cabezas del levantamiento, la voz cantante del odio la levantó Isaac Rojas. Ese mismo militar que acompañó a Eva Perón durante su triunfal. gira por Europa; que obsequió un mástil para que en su asta llameara la bandera en el escritorio del Secretario General de la C.G. T.; que le regaló un valioso collar a la esposa del Gobernador Aloé; el mismo, en fin, que décadas después recibió un beso en la mejilla de parte del Presidente de la Nación, Carlos Menem.

El día del golpe, el 16 de septiembre de 1955, era viernes. Recuerdo que ese día convenimos en no dejar la Municipalidad. y resistimos durante todo el fin de semana. Nuestros familiares nos acercaban alimentos y dormíamos donde podíamos.

Pero el lunes 19 se nos presentaron armados y acompañados por la Gendarmería el Capitán de Fragata Lorenzo Miguel Buasso y el Dr. Eduardo Vega Espeche, ambos de los comandos revolucionarios que venían a hacerse cargo de la comuna. Hubiera sido una locura resistir, sin embargo no dejamos el Palacio Comunal inmediatamente.

Primero nos anuncian telefónicamente que vendrían a hacerse cargo de la Municipalidad. Al ver las fuerzas de seguridad, Gendarmería incluida, distribuidas en la calle Brown, cedemos. Llegan Buasso y Espeche y los hacen subir al despacho de Pérez Quintana que estaba acompañado :por mí. El resto, entre ellos Luis Finochietto, se encontraban en el hall central del primer piso.

Paralelamente, el grupo antiboattista del radicalismo se había concentrado en la casa del Dr. Ángel Bó, frente al Palacio Comunal.

Pérez Quintana, Espeche, Buasso y yo discutíamos como entregaríamos el municipio. Queríamos papeles firmados, un inventario y recibos, caso contrario no abandonaríamos el Palacio. Espeche y Buasso acordaron lo resuelto y se firmó un acta de compromiso. Nos saludamos -de palabra- y nos retiramos.

Cuando los radicales reunidos en la casa del Dr. Bó se r consideraron número suficiente, cruzan.la calle, neutralizan al ordenanza y penetran al Palacio. Estaban en el hall de la Planta Baja cuando todos nosotros -éramos aproximadamente 30- comenzamos a bajar la escalera y cuando llegamos al entrepiso nos empezaron a increpar.

El concejal Hugo Boatti (1) y José "Pepe" Murias venían detrás nuestro .Así que, al ver lo que ocurría, con bronca me di vuelta y le dije a Boatti:

– ¿De qué se están vengando ustedes? ¿Cuándo fueron atacados o tratados de mala forma en la Municipalidad?

– Nosotros no tenemos nada que ver, no estamos de acuerdo con esto -me respondió Boatti.

Entonces Luis Finochietto sacó un revolver calibre 38 les apuntó, salieron todos disparando nuevamente a la calle y comenzaron a cantar el Himno.

Nosotros nos fuimos por la puerta grande, por la misma que habíamos entrado y sin que nadie se animara a hacernos o decirnos algo.

En tanto, Buasso y Espeche estuvieron una semana revisando todos los documentos municipales. Cuando Buasso nos mandó a llamar dijo:

– La municipalidad de Morón es la mosca blanca de la Provincia de Buenos Aires.

– No, la Municipalidad de Morón es la única que ustedes conocen de la Provincia. Usted no sabe cuántas moscas blancas hay -le respondí.

Habían nombrado Comisionado a Buasso y Secretario a Espeche, con la orden de perseguir a los peronistas. Pero no quisieron, siquiera echaron empleados de la comuna.

Reconocieron nuestra intachable conducta. Y justamente por ello fueron trasladados. Buasso pasó a dirigir la Municipalidad de Merlo. Vega Espeche el municipio de La Matanza y tomó como su Secretario a Abel Rodríguez (2), tío de Pelusa Pérez Quintana, y que había sido Secretario de la Municipalidad durante su gestión.

En ese entonces, Arturo Jauretche me visitó junto a Albini. Habíamos sido muy amigos tras habernos conocido en la Facultad de Derecho. Cuando sobrevino el golpe Jauretche lo visita a Albini. Se conocían pero justamente yo le había pedido a Leloir -en ese momento, 1954, Presidente del Partido Justicialista en el orden nacional- que lo nombre su Secretario Privado.

Entonces Jauretche para llegar a mí se conectó con Albini y éste lo trajo a mi casa. Su misión era ofrecerme la Presidencia del Partido porque Leloir estaba preso.

– Mire Jauretche, la Presidencia no esta tirada en el suelo para que el primero que la agarre se la lleve. A mi no me ha nombrado nadie en el Partido. Le agradezco mucho pero no puedo aceptarlo.

Me insistió, me dio sus explicaciones pero de todas maneras rechacé el ofrecimiento.



En tanto, los nuevos Comisionados (3) rivalizaban en la tarea de perseguir a los peronistas y para ello contaron con una "Comisión Investigadora" que integraban el radical López Harbuiu -que había sido empleado de Inspección General y dejado cesante por coimero; el socialista Nari y el conservador Longhi.

El Comisionado Sansobrino echó trabajadores de a centenares y cuando le preguntaban los motivos, por explicación decía: "hasta ahora comieron ustedes, ahora vamos a comer nosotros."

La "Comisión Investigadora" tampoco pudo descubrir coimas o robos. La acusación principal fue por enviar flores, acto prohibido por Reglamento de Contabilidad según ellos. Después de siete años de gestión, con esos
elementos se me quiso acusar de "malversación" con la complicidad del Juez Falabella, dirigente conservador de Chivilcoy nombrado al solo efecto de desprestigiarnos.

Le había enviado flores a Eva Perón cuando estaba internada y próxima a morir. También le había mandado flores a María Toledo que había sido miembro de la Cámara de Alquileres "ad honorem", conocida mía, sufriente de un cáncer e internada en el Hospital Español.

De todos modos me condenaron por "malversación" y me quisieron obligar a restituir 2.000 pesos. Nunca lo hice, no los quise pagar, porque era una calumnia.

Mis allegados trataron de persuadirme para que realicemos una colecta y entonces sacarnos el problema de encima ya que la suma no era importante en aquel entonces. Pero no quise, hubiera sido darles la razón a ellos.

A su vez, el juez Fallabella comenzó a dictarnos prisión. Apelábamos y la Cámara del Crimen disponía nuestra libertad. A Pérez Quintana, que estuvo en su cargo cuatro meses, lo mantuvieron preso, con vejámenes y tratamiento desconsiderado, durante más de un año. Obviamente se trataba de una persecución (4).

Entrábamos y salíamos de la cárcel de Mercedes. Ese era nuestro modo de vida al que no podíamos acostumbrarnos. Las detenciones se realizaban a altas horas de la noche. Caían los militares de repente, sin orden de allanamiento, ingresaban al domicilio de uno, despertaban a todos y alborotaban toda la casa. El desorden y las roturas que dejaban eran inmensas y, obviamente, no había a quien reclamar.

Cada vez que Fallabella nos enviaba a prisión, nos sacaban hasta la ropa interior y nos daban calzoncillos que llegaban hasta la rodilla, camisetas hasta el ombligo, uniformes fuera de talle y confeccionados para presos comunes. Al que tenía bigotes se los afeitaban. No nos dejaban recibir alimentos ni visitas, el baño no tenía paredes ni accesorios y allí debíamos hacer nuestras necesidades ala vista de los demás. No nos dejaban bañarnos ni lavarnos. Hacían todo lo posible para mortificarnos. Muchos compañeros, cansados, humillados y dolidos por el mal trato perdían el temple. Nos ayudábamos pero era muy difícil vivir así. Uno nunca sabía cuando lo podían detener porque la persecución era constante y eso nos desmoralizaba.

Yo les demostraba mi desprecio con indiferencia. Nunca me quejé ni les pedí nada. Nos metían en celdas con delincuentes comunes pero no era un problema para mi. Inmediatamente vestido, me metía en la cama y me dormía.

Habíamos ingresado tantas veces a la cárcel de Mercedes que hasta nos habíamos hecho de amigos. Un criminal, que nunca pude saber cuantas muertes tenía encima, nos cuidaba el pabellón. Nosotros le pagábamos por mes para que nos tuviera las celdas limpias, nos guarde ropa a medida y nos mantuviera informados. Los detenidos eran muchísimos: intendentes, concejales y funcionarios poblaban la cárcel. De mis amigos estaban Pérez Quintana y Albini.

Este asesino se llevaba bien conmigo. Cierta vez en que Falahella me hizo volver al lugar no lo encontré, así que me fui hacia su celda. Cuando llego, la tenía empapelada con retratos de Aramburu y Rojas.

– ¿Qué le pasa a usted? - le digo.

– Nada, ¿por qué? -me responde.

– ¿ Y por qué trata tan mal a los compañeros de pabellón ?

– Usted compartía hasta la comida conmigo. Estos ni siquiera me saludan porque soy un delincuente común. Establecieron enseguida una distancia. Así que no los quiero ver ni cerca mío.

– Pero déjese de joder - le digo y le pregunto por los afiches.

– Es cosa mía -me responde.

– Sí, pero ahora estoy yo y es cosa de los dos - le aclaro y le arranco todos los afiches. Me miró y se rió.

Ese era el hombre que nos protegía dentro de la cárcel de Mercedes.

Luego de la séptima oportunidad en que estuvimos en prisión, ante la inminencia de otra detención y la ausencia de garantías de justicia decidí no soportar más atropellos. Estando en mi casa sembrando una pequeña huerta acompañado por Ángel Polero, llegaron amigos a anunciarme otra de Falabella: había dictado un nuevo ingreso en la cárcel de Mercedes.

Lo miré a Polero y le dije:

– Me voy a Chile, me voy a Chile. No conozco a nadie pero me voy a Chile. No me quedo más en el país para soportar continuamente estos vejámenes.

– ¿ Y cómo se va a ir? -me pregunta Polero.

– Me voy a buscar al ex-gobernador de San Juan, Camus, para cruzar la cordillera.

– Entonces yo lo acompaño -me dijo repentinamente y me sorprendió.

Decidí alejarme del país. Como no tenía dinero ni para el pasaje -a siete meses del derrocamiento de Perón- malvendí las medallas y las plaquetas de oro que me habían obsequiado en recuerdo de obras, inauguraciones y actos partidarios. También vendí el único aparato de televisión que había en mi casa. En total conseguí doce mil pesos y resolví exiliarme en Chile.

Mi familia me propuso ir al Uruguay, dondeAmézaga, entonces Presidente electo, era casado con una pariente cercana y muy amiga de mi madre. Pero estaba fresco aún el recuerdo de la descarada complicidad del gobierno de Montevideo en la caída de Perón y no quise aceptar esa hospitalidad.

No obstante la circunstancia agregada de que mi abuelo paterno, Zoilo Albistur y mi abuela materna, Corina Penco, habían sido uruguayos y que dos hermanos de mi padre vivían en Uruguay desde hacía muchos años.

En Uruguay hubiera estado mejor, claro, pero mi conciencia mal porque hubiera disfrutado de una hospitalidad que a Perón se la habían negado..

Elegí en cambio a Chile, donde no conocía a nadie. Era como irme a vivir al medio del océano.”

 

NOTAS

  1. Nota del Colaborador: eran radicales opositores a Ernesto Boatti que querían participar del control de la comuna. Para ello, habían planteado ganarle de mano al boattismo y presionar a los militares inmediatamente después de haber asumido.)
  2. Nota del Colaborador: antes de aceptar el cargo, Rodríguez nos consultó si era conveniente. Le dijimos que sí con la condición de que debía hacer todo lo posible para conseguirle trabajo en La Matanza a quienes echaran de Morón. "Agarre a ver si puede salvar alguno", fueron mis palabras.)
  3. Nota del Colaborador: Asensio Sansobrino, 1955 a 1957; el dentista Asenio Thamier, 1957; y el Teniente Coronel Francisco Rocco, 1958.)
  4. Nota del Colaborador: años más tarde, la Municipalidad de Morón impuso el nombre "Intendente Pérez Quintana" a una importante calle de Ituzaingó. Sus autoridades, es bueno señalarlo, no eran peronistas sino radicales. Fue durante la intendencia de Abel Costa. Tal vez no aventure mucho si algún día, otra, lleve mi nombre. Pero siempre mediante la condición inexorable de morirme antes.)

 


Albistur Villegas, César: actor y testigo / César Albistur Villegas; con la colaboración de Andrés Llinares - [Morón] : Ediciones del Oeste, 1999 impresión - p. 144-151

 

 

fuentes

Diarios:

La Nación
El Progreso - Hurlingham

Libros

Albistur Villegas, César: actor y testigo / César Albistur Villegas; con la colaboración de Andrés Llinares - [Morón] : Ediciones del Oeste, 1999 impresión - 222 p. ; il.

Entrevistas

César Albistur Villegas

 

Notas

  1. Ver el libro de memorias de César Albistur Villegas [1999].
  2. La Nación, 7, 19, 20, 23, 28 y 30 de septiembre; 7, 10, 13 y 21 de octubre de 1955. “Al pueblo de Morón”, informe de César Albistur Villegas al dejar la intendencia municipal en 1955.
  3. El Progreso, octubre 29 y noviembre 12 de 1955
  4. El Progreso, octubre 29, noviembre 26, diciembre 17 y 31 de 1955
  5. El Progreso, noviembre 12 y 26 de 1955
  6. El Progreso, diciembre 31 de 1955
  7. El Progreso, diciembre 17 de 1955
  8. Ver el libro de memorias de Albistur Villegas [1999].

 

 

 


©  Carlos Gustavo Maldonado
     Se permite la reproducción del trabajo, citando la fuente y el autor
     gustavocarlos66@hotmail.com
     Creado con Macromedia Dreamweaver 8